El compostaje es otra opción de bajo costo. Es un proceso de digestión biológica, que puede ser aeróbica (con presencia de oxígeno), anaeróbica (con ausencia de oxígeno) o mixta. A partir de los residuos se genera el humus producto, un fertilizante orgánico de alto valor agrícola y comercial. Realizado por el proceso aeróbico, el compostaje es más rápido y mejor realizado, no produce malos olores ni proliferación de moscas. Los tipos principales se encuentran en hileras, montones o cajas de mampostería.
La gestión integrada de los residuos se puede lograr a partir de su reciclaje, mediante el uso de biodigestores que requieren una mayor inversión, pero que se amortizan fácilmente gracias a la generación de biocombustibles. Luego de ser diluidos en agua, los residuos, colocados dentro de los biodigestores, sufrirán el proceso de fermentación promovido por bacterias que actúan en ausencia de oxígeno. Durante este proceso, los residuos serán transformados dentro del biodigestor en biofertilizante con liberación de biogás, el cual podrá ser utilizado en la propiedad como combustible. Una ventaja ecológica es que al quemar el gas se destruye el metano, que es muy perjudicial para el medio ambiente. Otro beneficio es que el biofertilizante es un fertilizante orgánico de alta calidad. Además, por supuesto, de las ganancias económicas por la reducción de las compras de energía.
Hoy en día, las tecnologías implementadas en propiedades rurales generalmente son elegidas por su eficiencia y rentabilidad económica. Sin embargo, estas opciones tecnológicas también deben tener en cuenta los problemas medioambientales que genera la actividad. El uso adecuado de los residuos, en pequeñas y grandes propiedades rurales, es un gran paso hacia una actividad sostenible, aportando beneficios relevantes para la actividad, los trabajadores rurales y el medio ambiente.
Contenido adaptado.
Por Juliane Morais.
