Puesto gratuito: 8 consejos importantes

Proporcionar un área de descanso seca y cómoda para el ganado lechero es esencial para su salud, bienestar y rendimiento. Las vacas suelen descansar de 10 a 14 horas al día en cinco o más períodos de descanso. Los establos libres de vacas lecheras bien diseñados y administrados pueden reducir el posicionamiento excesivo, permitir una rumia más eficiente, mejorar el aseo y minimizar las lesiones.

Debe proporcionar suficiente espacio para que la vaca más grande del rebaño entre libremente al establo, se acueste, descanse cómodamente y se levante fácilmente y salga del establo. Para ello, los puestos libres deben tener en cuenta el deseo normal de la vaca de descansar boca arriba, cambiar de posición de descanso o estirarse mientras está acostada, y avanzar para levantar primero los cuartos traseros cuando está de pie.

Para minimizar los problemas de las pezuñas y animar a las vacas a descansar, la ropa de cama debe estar limpia, seca y cómoda.

Consulte a continuación 8 consejos gratuitos para la gestión de puestos que le ayudarán a garantizar todos los beneficios que este sistema de confinamiento puede proporcionar:

1) Dimensionar correctamente el colchón

Para el lecho de las vacas se pueden utilizar diversos materiales, como paja, virutas de madera (aserrín), heno de baja calidad, tierra, arena y colchones de goma. Cuando se utilizan colchones, estos deben tener entre 2,5 y 7,6 centímetros de alto en todo momento para garantizar que las vacas permanezcan limpias y cómodas. Cada vez que las vacas van a ordeñar se debe limpiar el estiércol y la orina.

2) Reemplace los colchones viejos cuando sea necesario.

La vida útil máxima de la mayoría de los colchones de espuma o caucho es de 10 años. Durante este tiempo, la espuma o el caucho se comprime, endureciendo mucho la superficie.

El uso de establos libres como forma de albergar a las vacas implica importantes inversiones. Por lo tanto, se debe buscar la máxima producción individual por vaca como forma de hacer viable el sistema.

Mantener las camas para que no lastimen a las vacas y favorecer que se acuesten es un aspecto fundamental para garantizar la comodidad en la instalación. Sin esto, ciertamente no se optimizará la producción, aunque los costos (alimentos, medicinas, personal, depreciación, etc.) existen de la misma manera.

3) Diseñar establos del tamaño adecuado para las vacas.

Haga establos en los que quepa la vaca más grande del rebaño. Los puestos que son demasiado pequeños disuaden a las vacas de usarlos porque pueden tener dificultades para acostarse o levantarse y, a veces, incluso lesionarse en el proceso.

La correlación entre el tamaño del puesto y la incidencia de problemas es importante. La recomendación actual es trabajar con una longitud total de 2,40 m a 2,50 m, con 1,70 a 1,80 m para la puesta del cuerpo del animal (vacas de 550 a 650 kg) y el resto para el movimiento frontal de la cabeza.

4) Mantener los puestos llenos de arena al optar por este material.

Cuando las vacas suben y bajan de sus establos, tienden a tirar arena. Esto a menudo deja una depresión, particularmente en la parte trasera de los cubículos, donde la humedad y la orina pueden acumularse creando condiciones insalubres en las camas.

El bajo nivel de arena en las camas las hace menos cómodas, no proporcionando el efecto “amortiguación” deseado cuando las vacas se acuestan o se levantan. Cuando el nivel es bajo, es habitual que la parte delantera de la cama (donde el animal apoya sus extremidades delanteras) esté aún más baja, lo que dificulta el movimiento de la vaca al levantarse (malestar). Además, se modifican las dimensiones de la cama, volviéndose desproporcionadas con respecto a lo diseñado.

5) Mantener siempre preparados los boxes para el regreso de las vacas.

Se debe retirar el estiércol y la arena mojada con orina cuando las vacas salen para cada ordeño, para que estén siempre listas para recibir a los animales en las mejores condiciones posibles de confort e higiene.

6) Incline la arena hacia la parte trasera del cubículo.

A la hora de disponer los boxes, la arena debe estar inclinada hacia la parte trasera, con una pendiente de 2% a 3%, ya que esto facilita el movimiento de la vaca.

7) Utilice la arena adecuada.

La arena muy fina no se separa de los sólidos del estiércol y por tanto no se puede reutilizar. Si es demasiado grueso o tiene piedras, puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones en los cascos.

El uso de arena de mala calidad, aunque sea más barata, seguramente traerá más daño que bien. La presencia de una gran cantidad de impurezas, como piedras, por ejemplo, molesta a las vacas y evitan el lecho. El tamaño de las partículas de arena, por muy detallado que sea, puede ser muy importante. La arena con tamaños de partículas inferiores a 0,3 mm de diámetro suele sufrir una compactación mucho mayor con el peso de los animales, reduciendo el confort además de dificultando la limpieza de las camas.

Lo ideal es lavarlo y tamizarlo siempre antes de comprarlo. Si llega aún mojado a la propiedad se debe colocar en un lugar aireado para que se seque. No se recomienda utilizar arena húmeda en lechos libres.

Para saber si una determinada arena tiene el tamaño de partícula y la humedad adecuados para ser utilizada como lecho en un establo libre, podemos realizar una prueba muy sencilla y práctica como es: formar una “bola” de arena con las manos y lanzarla de una mano a otra. Si no se rompe (trilla), posiblemente tengamos arena muy húmeda, o con un tamaño de partícula muy pequeño o incluso de estas dos características.

8) Al reutilizar, reemplace con la arena más limpia posible.

Si estás reutilizando arena, asegúrate de que el tiempo de secado sea suficiente. La arena reutilizada debe tener entre 10% y 12% de humedad con menos de 2% de materia orgánica, ya que niveles más altos pueden provocar más mastitis con el tiempo.

Los estudios sugieren que la arena reutilizada se puede utilizar como material de cama y es segura y cómoda para las vacas lecheras. Sin embargo, hay que tener cuidado con cuántas veces se utiliza. Actualmente no se ha determinado cuál es el límite de carga bacteriana en la arena reutilizada y cuántas veces se puede recuperar el material, sin riesgo para la salud de las vacas.

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